El avance tecnológico aporta dos beneficios muy valiosos:
- Las telecomunicaciones eliminan las distancias. Podemos juntarnos a jugar o acceder a una clase, desde cualquier rincón del mundo.
- El desarrollo del software nos permite simular y controlar cualquier contexto del juego. Podemos involucrar a los alumnos en las situaciones que ilustran a la perfección el tema elegido. De inmediato pueden poner en práctica el concepto aprendido, y a continuación ver los resultados de sus elecciones.
La optimización de los recursos y del tiempo empleado en el aprendizaje es difícilmente alcanzada por cualquier metodología de enseñanza de Bridge presencial.
Especialmente si hablamos del tiempo invertido de los alumnos.
Solamente en los grupos de niveles muy avanzados, en los que los alumnos tienen la capacidad de visualizar diferentes posiciones y situaciones con relativa facilidad, podemos pensar en metodologías igual de efectivas.
La misma evolución tecnológica también está eliminando las barreras de conocimientos necesarios para poder participar en clases online.

Comparando la formación online con la presencial, la primera seguirá ganando terreno a la segunda. Las ventajas que aporta desde el punto de vista de comodidad y efectividad están cada día más patentes. Sin embargo, la componente social del Bridge presencial difícilmente será compensada por una actividad virtual. Como consecuencia también seguirá evolucionando, así que siempre podremos disfrutar de unas buenas lecciones tocando las cartas.
Esta aparente competencia entre los dos mundos, simplemente enriquece nuestras opciones, y es lo mejor que nos pueda pasar en cualquier ámbito de actividades.